Cada vez el planeta donde vivimos es más pequeño, más competitivo y más exigente. Vivimos la globalización, en entornos globales y con una concepción de nuestro ámbito de influencia que traspasa fronteras. En este momento, la educación exige que se dominen algunas lenguas y herramientas que suponen un reto constante para los profesores. Por un lado, sabemos que el inglés ya hoy es el idioma vehicular para muchos trabajos, por otro nuestra sociedad está totalmente inmersa en la tecnología y nuestros hijos han nacido con la tablet debajo del brazo. Inglés para hoy, tecnología para mañana.
En otros países de nuestro entorno, cada generación menor de 20 años supera a la anterior en otra lengua. En España tenemos un problema cultural con el inglés, pero poco a poco lo estamos mejorando, o eso queremos creer.
En la Comunidad de Madrid, el 46% de los colegios públicos y el 45% de los institutos públicos son bilingües. Justo ahora es cuando la primera promoción que comenzó en la primaria bilingüe termina la secundaria y encara la universidad, la FP superior o el mercado laboral. La asignatura de Tecnología, Programación y Robótica, en cambio, se acaba de implantar este mismo curso en los institutos públicos.
Además, después de unos años de leve mejoría, en 2015 nuestro nivel de inglés ha vuelto a bajar, según el informe EPI de Education First (EF), España ha descendido del puesto 20º al 23º en un ranking mundial que dominan los países nórdicos.
Para salir de este atolladero lingüístico es necesario empezar a enseñar inglés de forma eficaz. El bilingüismo, que consiste en impartir un buen porcentaje de las asignaturas en lengua inglesa, es una solución, aunque existen muchas formas de abordar el problema.
Las nuevas tecnologías ya están aquí y están para quedarse: no tiene sentido hacer que no las vemos. El reto es introducirlas en la educación de forma eficaz para unas generaciones que ya están completamente habituadas a ellas: los nativos digitales.
En COESU educación apostamos por ellas ya que hemos estudiado y comprobado que aumentan el interés y la motivación de los alumnos al utilizar herramientas y formas de trabajo que reconocen como propias; mejoran la productividad del trabajo escolar a todos los niveles, tanto desde un punto de vista de gestión administrativa como de gestión del aprendizaje (así los alumnos aprenden más y mejor), y abren una ventana de oportunidad para la transformación de las metodologías pedagógicas: enseñar y aprender de forma más acorde con las necesidades y las posibilidades de la sociedad del conocimiento.
Como siempre decimos y hacemos en nuestras actividades extraescolares y de ocio educativo, la tecnología sin la metodología de enseñanza acorde es un fracaso seguro. Hay que adoptar procesos de enseñanza innovadores, Flipped Classroom, aprendizaje por proyectos, trabajo cooperativo, etc.
Tenemos varios retos al tratar con niños que ya han nacido tecnologizados. El primero es ser conscientes que tenemos que prepararlos para un entorno omnicanal, el segundo es enseñarles a manejar, discriminar y analizar una gran cantidad de datos (por ejemplo, a descubrir patrones en big data) y el último es formarles en solución de problemas y emprendimiento.
En COESU educación ponemos a tu disposición todo ello, pregúntanos como podemos ayudarte, te sorprenderás.
COgito Ergo SUM…