Todas las personalidades del mundo de la empresa coinciden últimamente en poner en valor la FP Dual como apuesta de futuro para mejorar la empleabilidad y para lograr el cambio necesario del modelo productivo de España así como dar un mejor desarrollo a la transferencia de conocimiento entre empresa y los diversos estudios que se realizan. La educación debe de estar enfocada a la empleabilidad.
El acuerdo recientemente firmado entre patronal y sindicatos ha puesto el énfasis en la formación continuada, que pagan las empresas y se consensúa con los trabajadores, sin necesidad de intermediarios, ya que las confederaciones de empresarios tienen 150 centros de formación empresarial que no están a pleno rendimiento y hay que dar un paso más.
Se apuesta por hacer de la FP Dual una marca de calidad porque tiene una mayor capacidad de adaptación a la realidad que la formación universitaria. Hay que prestigiar la formación dual porque le conviene mucho a quien la hace y también a las empresas, ya que la gente llega a las mismas más preparada. Según algunos expertos, la Formación Profesional tiene que estar integrada con la formación continuada del trabajador y para el empleo.
La FP puede ser una puerta interesante para cursar estudios universitarios y de hecho en el futuro el que haga esa pasarela estará en mejores condiciones para afrontar esa etapa. Está claro que tener un empleo de mayor calidad tiene que ir unido a los estudios, ya que, a mejor formación, más empleabilidad.
Tenemos claro que en los colegios, institutos y universidades los contenidos que nuestros alumnos aprenden deben vincularse a las soft skills, aquellas que las máquinas por muchos procesos de robotización a los que estemos sujetos en la evolución natural, nunca podrán ser parte de su ADN. En COESU educación apostamos por su desarrollo de forma transversal en todas nuestras actividades de ocio educativo y actividades extraescolares.
Además, el enfoque de los alumnos a cubrir las necesidades de las empresas es la clave para poder dotarlos de argumentos suficientes, como productos consumibles por las empresas que todos somos, para hacerlos más atractivos en estos procesos de contratación competitivos que no dejan de ser una compra de valor por parte de las mismas.
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